Mucha gente ni si quiera considera el omelette como una comida propiamente tal. En algunos países es parte del repertorio del desayuno. Personalmente, es ideal para disfrutar como almuerzo o cena liviana, sólo o acompañado de arroz o couscous, por ejemplo.
Necesitas
- 2 huevos grandes
- aceite de oliva
- 1/2 tomate cortado en láminas delgadas
- un trozo de pimentón verde
- un puñado de aceitunas
- queso de cabra*
- 4 o 5 láminas de salame
- romero
- oregano
- pimienta
- sal
Preparación
Primero, coloca el tomate en una fuente y rocialo con un poco de aceite de oliva y romero. Hornealo unos minutos en horno convencional para impregnarlo y secarlo un poco.
En un sartén, calienta suficiente aceite de oliva y agrega los huevos ligeramente batidos. Apenas comience a tomar consistencia, posiciona los tomates horneados, el pimenton cortado en trozos pequeños, las láminas de aceitunas, el salame y el queso en una de la mitades de este futuro omellete.
Aliña a gusto con una pizca de pimienta, sal y oregano.
Déjalo cocinar hasta que este lo suficientemente firme como para doblar la mitad sin relleno sobre la otra, presionar suavente con la espátula para asegurar su cocción.
Servir caliente sólo o con algun acompañamiento de su gusto.
Nota: Puedes cocinarlo por unos minutos y luego intentar darlo vuelta para darle un aspecto más compacto. Si no te atreves, o se desarma en el intento, no importa: es igualmente delicioso.
*El queso de cabra puede ser remplazado por uno de su gusto. A mi me gusta mucho éste puesto que su sabor fuerte contrasta maravillosamente con el aceite de oliva y las aceitunas.
Enjoy!